Diferencias entre detectores de presencia y de movimiento
En ambos casos, estos detectores se conectan a la corriente eléctrica y al dispositivo que se quiere activar. Es decir podemos conectarlos a la iluminación, el aire acondicionado, calefacción, etc. Gracias a su tecnología, son capaces de detectar emisiones de infrarrojos de cualquier fuente de calor.
Un detector de movimiento es capaz de detectar el calor que desprenden los objetos móviles mediante el uso de infrarrojos, activándose cuando el objeto se mueve delante de él, y desactivándose cuando deja de captar dicho calor, tras un periodo de tiempo regulable.
El funcionamiento de un detector de presencia, es similar, pero éste capta la luz o el calor de forma continuada, por lo que están indicados para su uso en áreas donde las personas permanecen durante un periodo de tiempo largo, como en oficinas, colegios, etc.
Usos de los detectores
Teniendo en cuenta las diferencias que existen entre ellos, el uso de los diferentes tipos de detectores dependerá de las necesidades de cada caso. Por ejemplo: podemos usar detectores de movimiento para activar la iluminación en pasillos, habitaciones, baños, etc.
Los detectores de presencia, como hemos visto anteriormente se pueden utilizar en habitaciones y lugares donde se permanece durante más tiempo. Un ejemplo práctico y común sería para desconectar la calefacción cuando ya no permanece nadie en el lugar, o apagar esa luz que siempre se nos olvida cuando nos vamos. Instalar detectores de presencia ahorra costes energéticos y reduce notablemente las emisiones de CO2.
Los detectores pueden ser se empotrar o de superficie.
Los detectores de movimiento de empotrar, disponen de un tiempo de encendido ajustable, y son ideales para ubicar en pasillos y aseos de locales comerciales
Instalándolos, se puede evitar que las luces se queden encendidas por descuidos. Algunos están diseñados para ubicarse en cajas de mecanismos universales, por lo que son muy fáciles de instalar.
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